30.5.10

Tus mundos serán: alquimia y transformación en La verdadera vocación de Magdalena y 5 de chocolate y 1 de fresa

No hay paredes sin fin
Ni hay un mundo de sal
Tu irás cambiando tu ser
Limando tu ser tu irás
     - "5 de chocolate y 1 de   fresa", José Agustín

Me llama la atención que en dos películas de Angélica María la protagonista sufra una transformación profunda y se convierta en alguien completamente distinto: La verdadera vocación de Magdalena y 5 de chocolate y 1 de fresa.

Pareciera que en ambas cintas las protagonistas descubren - involuntariamente - una parte oculta o reprimida de ellas mismas, la cual es finalmente incorporada a su persona de tal manera que sus personalidades originales desaparecen y dan paso a un nuevo yo.



La verdadera vocación de Magdalena

Ese hielo que antes era una mortaja
es fuego
te lo doy
   - "5 de fresa y 1 de chocolate", José Agustín




 La transformación de este personaje es, de los dos casos, el más radical y el más abrupto. La protagonista comienza siendo Magdalena, una secretaria de arraigados principios morales, inculcados por su controladora madre. Su deseo secreto es cantar, y de pequeña toma lecciones, sin embargo esta profesión es mal vista por su madre y resulta inaceptable.

Una noche, por azares del destino, la inocente y recatada Magda acaba en la cama con un rockero hippie y melenudo. Su madre los descubre y los obliga a casarse. Así, Magda es forzada a vivir con su antítesis, sin saber que su esposo en realidad representa una parte oculta de sus ser (algo parecido a lo que sucede en La historia interminable, cuando Atreyu se mira en el espejo y ve en su reflejo la imagen de Bastián).

Al tratar de huir del destino funesto de un esposo de profesión sin provecho y de perseguir otro más acorde con sus principios morales, Magdalena descubre su verdadera vocación: para engañar a su esposo y zafarse de él, se hace pasar por su perdida hermana gemela, Irene Durán. A Irene la invitan a cantar junto con el grupo de su esposo nada menos que en el Festival de Avándaro, donde resulta ser todo un éxito.

Y aquí podríamos notar algo así como una vieja peripecia griega, sin el carácter trágico: Magdalenta, al tratar de escapar de su destino, lo encuentra. Y ese destino es el que siempre había deseado: convertirse en cantante. Así, la santurrona Magdalena desaparece y la estrella de rock Irene Durán sube al escenario.

Aquí también el elemento masculino es de gran importancia: es su esposo quien se convierte en el agente de rompimiento con el seno materno, lo que finalmente le permite a Magdalena deshacerse de esos lazos que le impedían ser.


5 de chocolate y 1 de fresa



La transformación de la protagonista de esta película, Esperanza, se lleva a cabo... Bueno, en realidad, podríamos hablar de una dualidad protagónica, quiero decir, de dos personajes distintos que en realidad son la misma persona: de día, Esperanza, la chica huérfana criada en un convento que quiere seguir su vocación religiosa, y de noche Brenda, la chica a-go-go que corrompe a un grupo de niños bien y se vuelve líder de la pandilla (medio ñoña) de pseudomalhechores y pseudosecuestradores.

Bien, decía, esta transformación se lleva a cabo... Aunque, más que sólo una transformación, es una separación de la psique de esta mujer en dos personas distintas, que después son unificadas a través de una síntesis que crea una nueva personalidad. Este proceso se da a través de dos caminos: primero con la ayuda de un elemento externo alterador de la conciencia: los honguitos oaxaqueños, que producen un otro yo diametralmente opuesto al de Esperanza, llamado Brenda; el segundo, que lleva al resultado definitivo, es a través de una síntesis consciente de esas dos personalidades o psiques.

Cuando esta mujer es descubierta por su galán, quien se da cuenta de que Esperanza y Brenda son la misma persona, ella se da cuenta que no puede seguir viviendo una doble vida, y encuentra una forma de sintetizar sus dos personalidades en una nueva. Sin embargo, el proceso alquímico permanece oculto: nosotros, como espectadores, no somos testigos de los momentos en que esta mujer cambia de una persona a otra, y el espectáculo de la transformación final tampoco aparece ante nuestros ojos. La magia de esta alquimia se mantiene secreta. 


A través de estos procesos, las que originalmente eran Magdalena y Esperanza, desaparecen, y dan paso a un nuevo yo: Irene y Domitila.

Acá la canción que creo resume bien estos procesos (llamada, como la peli, 5 de fresa y 1 de chocolate):



Si pudieras sentir
la luz que habla por ti
Tal vez los filos del sol
podrían llenar tu canción

No hay paredes sin fin
Ni hay un mundo de sal
Tu irás cambiando tu ser
Limando tu ser tu irás

Poco a poco tus miserias se deshojan
Llamaradas verdeazules te agigantan
Ese hielo que antes era una mortaja
es fuego te lo doy

Desde hoy
El mar se sintió
Desde hoy
La paz es pasión
Desde hoy
las voces serán
tus luces serán
tus cielos serán
tus mundos serán
y todo lo que eres tú será

4 comentarios:

Unknown dijo...

Soy Carmen González-Huguet. Vivo en El Salvador. Yo también crecí escuchando estas canciones y viendo estas películas. Muy bueno el blog de ustedes. Felicidades. Sólo una observación, con la mejor de las intenciones: en la letra de la canción "Los filos del sol", donde dicen ustedes: "La paz de estación" en realidad dice "La paz es pasión". Fíjense bien. Un saludo fraterno desde El Salvador

ursula dijo...

Gracias por tu visita Carmen. Qué bueno que me dices de la canción, no entendía esa frase y al final me pareció que eso era lo que decía, aunque no tenía mucho sentido. Ahora mismo la corrijo.

Nos da mucho gusto que disfrutes del blog, saludos hasta el Salvador!

Anónimo dijo...

Esta es una de las mejores películas ''sicodélicas'' y quizás se deba a tres cosas: Angélica María, la música y la trama. La canción cuando baja las escaleras y les canta su precio a la socialité es extraña pero hechizante. Excelente!

ursula dijo...

Totalmente de acuerdo contigo Pablo, me parece además que su letra sigue siendo muy actual. Gracias por tu visita al blog, saludos!